lunes, 22 de febrero de 2010

Río de Janeiro, 1955



El XXXVI Congreso Eucarístico Internacional
17 al 24 de junio de 1955.


En la populosa ciudad de Río de Janeiro, en Brasil, nación lusitano-americana, se desarrolló este CEI, reunido en torno al lema: "Cristo Redentor y su Reino Eucarístico", sirviendo de escenario a la gran fiesta eucarística su gran bahía, sus montañas revestidas de exhuberancia tropical; sus playas y una moderna arquitectura urbana.

La preparación remota del Congreso comenzó en octubre de 1952, bajo la hábil dirección del Cardenal Jaime de Barros-Cámara, Arzobispo de Río, asistido por el Secretario General de la Comisión Ejecutiva del Congreso, don Helder Pessona Cámara, Obispo Auxiliar de Río y Secretario de la Congerencia de los Obispos de Brasil. Muy intensa fue la actividad de los emisarios de la Comisión Ejecutiva, quienes recorrieron las 16 divisiones eclesiásticas del país, entrevistándose con los Prelados y divulgando el Congreso.
Las misiones populares en las parroquias tuvieron como consignas:
"Llevar a los católicos a la Misa en los Domingos y días de guardar""Llevar a los católicos a la Comunión pascual"
Ampliar y perfeccionar la catequesis""Elevar el nivel de moralidad pública"
El 18 de julio de 1954 los Obispos brasileños iniciaron un Año Eucarístico, en solemne acto celebrado en el estadio del Maracaná, a toda su capacidad, una Hora Santa simultánea en todos los templos del Brasil y la Misa, a cargo del Cardenal Barros. Poco después, del 4 al 8 de septiembre se tuvo un Congreso Nacional Mariano, en Sao-Paulo y Aparecida, al que asistió como Legado Pontificio el Cardenal Aleodato Giovanni Piazza o.c.d.
Las autoridades civiles, por su parte, acondicionaron el aeropuerto Santos Dumont y la plaza del Congreso, cuyo telón de fondo es la bahía de Guanabara, desde la cual se contempla el Corcovado, pedestal de la gran estatua de Cristo-Redentor, cuyos brazos abiertos dieron la bienvenida a los visitantes llegados con ocasión del Congreso.



Un millón doscientos mil fueron los congresistas, entre ellos ochocientos mil de Brasil, número duplicado gracias a la entusiasta participación de la población carioca, estimada en tres millones de habitantes, la mayoría católicos.
Tumultuosas fueron las representaciones de los extranjeros procedentes de América Latina, especialmente de Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela y México; después, los Estados Unidos y Canadá. de Europa vinieron peregrinos de Protugal, España, Francia e Italia, todos ellos asistidos por guías especialmente preparados mediante un ciclo de conferencias acerca de la Iglesia, el Congreso y el Brasil.


El Congreso fue presidido por el Cardenal Benedeto Aloisi Massella, Prefecto de la Sagrada Congregación de los Sacramentos y Legado Pointificio, el cual fue recibido el día 17 de junio con los honores correspondientes a los Jefes de Estado, por el Presidente de la república y su gabinete. En el acto estuvieron los Cardenales brasileños Barro-Cámara, Vasconcelos-Mota, de Sao-Paulo; y da Silva, de Salvador-da-Bahía, y el Cardenal Cerejeira, Patriarca de Lisboa. Estuvieron presentes seiscientos Obispos y más de diez mil presbíteros de todo el mundo.
El desarrollo del Congreso:


La primera gran ceremonia del Congreso fue la noche del 17, y consistió en una magnífica procesión marítima nocturna, en la que tomaron parte cientos de embarcaciones, desde pequeños botes de remos hasta grandes barcos, en uno de los cuales, densamente iluminado, se trasladó el Santísimo Sacramento, de Niteroi, capital del Estado de Río de Janeiro, al otro extremo de la Bahía de Guanaraba, donde estaba el altar monumental en la Plaza del Congreso. En esa procesión tomaron parte centenares de embarcaciones, desde los pequeños barcos de remo hasta los grandes barcos de guerra.
Los temas del Congreso se ciñeron al lema:
I.- El Reino Eucarístico de Cristo y la Iglesia
II.- La persona en el Reino Eucarístico de Cristo
III.- La Sociedad Humana en el Reino Eucarístico de Cristo.

Otros actos importantes fueron las multitudinarias Comuniones generales de niños, jóvenes y adultos, y un Via Crucis viviente siguiendo la ruta de la gran avenida Presidente Vargas, la cual cruza la ciudad, en cada una de cuyas catorce estaciones tomaron parte delegados al Congreso venidos de otros tantos países bajo el régimen comunista



La solemne Misa de Clausura fue oficiada por el cardenal Legado, después de la cual se tuvo la gran procesión eucarística de clausura, en la cual fue trasladado el Santísimo Sacramento en un carro triunfal, en pos del cual marchó un contingente de dos millones de fieles.

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Fuente: CHÁVEZ Alonso, Historia de los Congresos Eucarísticos Internacionales. Boletín Informativo #12. XLVIII Congreso Eucarístico Internacional. Guadalajara 2004. Págs.37-39.
Imagen superior: Web.Imágenes: LAVENA, Massimo e Fabrizio Stinellis. Imágenes de los Congresos Eucarísticos Internacionales, de 1926 a 2000. Centro Televisivo Vaticano y Filmoteca Vaticana. 2004. DVD

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